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La directora de la consultora Eco Go advierte que depender del tipo de cambio como ancla no es sostenible: “Sin reservas no hay milagros”

La economista Marina Dal Poggetto analizó el impacto del cepo y la inflación en la economía de Milei

Sección Entrevistas19/01/2025Noticias PeronistasNoticias Peronistas
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Marina Dal Poggetto

El Gobierno no se tomó vacaciones en el inicio de 2025. No solo porque así lo pidió el presidente Javier Milei a sus ministros, sino porque realmente no se observó un corte en el ritmo sostenido de cambios y ajustes en la economía.

El objetivo principal: ordenar las finanzas públicas, sanear la hoja de balance del Banco Central -en el rubro externo mantiene saldo negativo de reservas propias-, avanzar en las desregulaciones que encarecen a los presupuestos de las empresas y familias, y reasignar las partidas del Presupuesto 2025, ante la falta de tratamiento en el Congreso desde su presentación el 15 de septiembre último.

La respuesta del mercado fue la reducción de la volatilidad cambiaria que caracterizaba a enero en la Argentina, la gradual mejora del consumo, en particular en los sectores con ingresos medios y medios alto, y la consolidación de la tasa de inflación por debajo del 3% por mes, cuando pocos meses atrás el consenso de los analistas anticipaban que sería difícil perforar el piso de 4 por ciento.

Con ese escenario, se la entrevistó a la economista Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de la consultora Eco Go, Master en Políticas Públicas de la Universidad Torcuato Di Tella, ex subgerente de Análisis Macroeconómico del Banco Central de la República Argentina y ex Jefa de Asesores de la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía, para que cuente su mirada del presente y expectativas para el resto del año.

— 2024 cerró con un ritmo de inflación cinco veces menor al heredado por el Gobierno de Milei y deja un arrastre similar para 2025. ¿Se puede considerar una batalla ganada?

— Batalla puede ser, la guerra diría que no. No se construyó un ancla alternativa a la cambiaria, las reservas netas siguen siendo muy negativas y se sigue dependiendo del cepo. 2024 cierra con una inflación del 118% frente a 211% de 2023. En el margen, el 37% anualizado del último trimestre contrasta contra el 452% del último cuarto del año previo, donde se incluyó el sinceramiento de precios de inicios de la gestión (salto del dólar oficial de 120% a mediados de diciembre).

— ¿Qué impacto tuvo esta desaceleración inflacionaria en las principales variables macroeconómicas, como el frente fiscal, monetario y cambiario?

— Yo lo diría al revés, la baja en la inflación es reflejo de la combinación de un programa fiscal, financiero y monetario/cambiario con cepo.

Más aún, el esquema de remonetización de la economía con una base monetaria que pasó de $10 billones en noviembre 2023 a $31 billones (subió 12% en términos reales) y un crecimiento del crédito del 92% en términos reales desde los mínimos de abril, es la contracara del esquema cambiario cada vez más rígido frente a un programa financiero que a pesar de la consolidación fiscal y de la baja en el riesgo país a la zona de 600 puntos básicos.

Sigue dependiendo del cepo para el manejo de los vencimientos de pesos y de las reservas para el manejo de los vencimientos de dólares.

— En un escenario de equilibrio fiscal, sin emisión monetaria y sin cepo, ¿es indispensable contar con reservas en el Banco Central?

— Si el objetivo es construir un ancla que permita un esquema con menos controles de capitales, la recapitalización del balance del BCRA es condición necesaria, pero no endeudar más a un Tesoro endeudado.


El óptimo sería que el BCRA compre los dólares del superávit de la cuenta corriente con superávit fiscal para cancelar las Letras Intransferibles y que el Tesoro empiece a extender los vencimientos de la deuda de pesos mientras se empiezan a refinanciar los vencimientos de dólares. Así fue en 2002/2005 (aunque en ese momento la economía estaba en default) y luego de desaprovechó. De momento, nada de esto está ocurriendo nítidamente.

— A pesar de la persistencia del cepo, 2024 terminó con mejoras en la actividad, el empleo y los salarios, además de una brecha cambiaria acotada. ¿Por qué los economistas y el FMI insisten en la necesidad de eliminar las restricciones al movimiento de divisas, incluso más que el sector empresarial?

— El cepo es una anomalía que debe ser corregida. El esquema cambiario incluido en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) lo compensa parcialmente, pero las inequidades que genera son enormes. Ahora bien, volviendo a la pregunta sobre el sector empresarial, es importante reconocer que el cepo coordina una enorme transferencia de ingresos al desacoplar las tasas de interés domésticas de las que pagarían sin cepo tanto en el segmento de pesos como el de dólares.

A su vez, la rentabilidad del carry hace que los pesos se multipliquen en dólares, algo que hasta las multinacionales aprovecharon con los pesos atrapados que no fueron al Bopreal o al contado con liquidación (CCL).

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