"La Paz como solución del Mundo". Por Juan Aníbal Gómez

Por Juan Anibal Gómez
En esta Día Mundial de la Paz, debemos analizar que estamos haciendo por la Paz, porque desde que el mundo es mundo, la responsabilidad de quienes gobiernan como la de los ciudadanos en su derecho cívico, deben tener el compromiso de consolidar la Paz, a pesar de las fratricidas luchas internas que se desviven por imponer en ves consensuar las políticas públicas y sociales antes de normalizarlas. 

Desde ya que existen discusiones filosóficas y concepciones  históricas  sobre la Paz, como la  concepción  romana  de  paz,  entendida  de  forma  negativa,  se contrapone a la tradición judeo-cristiana: “la paz, como opus iusticia, es una noción conceptualmente –además de valorativamente– positiva, caracterizada por relaciones de justicia y armonía, en especial dentro de  una  comunidad”, es  decir,  se  refiere  a  cuidar  las  interacciones  al interior del grupo y se relaciona con el buen convivir y el amor al prójimo (al hermano). La  paz  negativa,  cuyo  origen  se remonta a la Roma imperial; este tipo de paz se entiende en relación con la guerra y como la ausencia de la misma, además significa que en una nación sin guerra prevalecen el orden, el imperio de la ley y la estabilidad de las instituciones. Se refiere a posibilitar la estabilidad del  orden  republicano:  “La  pax  que  contribuye  a  afianzar  el  régimen republicano romano, la armonía de la res publica y de las instituciones que  la  componen:  ciudadanos,  asambleas,  senado,  magistraturas  y ejército”.

La definición conceptualmente positiva de paz convierte, sin duda, a este concepto en un valor moralmente más atractivo que a su más escueta al-ternativa de la paz como mera ausencia de guerra, puesto que la ausencia de conflicto violento es compatible con distintas y graves situaciones de injusticia. 
Coinciden  ambos  autores  en  su  desprecio  por  la  guerra  “destructora  de todo bien” como medio para cualquier fin, y argumentan sobre los costos que están más allá de la victoria o de la derrota. De este modo, la motivación fundamental de Kant en La Paz Perpetua, como la de Rousseau en  el  Extracto  del  Proyecto  de  Paz  Perpetua  del  señor  Abate  de  Saint-Pierre,  es  la terminación de la guerra y el establecimiento de una paz permanente.

La Paz debe ser un compromiso de todos, y en ése espíritu comparto el mensaje del Papa Francisco: “¡Necesitamos la paz! ¡Más paz!”, “no podemos permanecer indiferentes”, indicó el Pontífice, que considera que “poner fin a la guerra es el deber impostergable de todos los líderes políticos ante Dios” y que “la paz es la prioridad de cualquier política”.

Por todo lo expresado en este Día Mundial de la Paz, deseo hacer recordar a todos quienes leen el presente mensaje (al cual agradezco), que estamos haciendo cada uno de nosotros por la Paz. Porque vemos cada día como se abandona el respeto en cumplir las normas básicas de las relaciones humanas, tratándose de instaurar modas circunstanciales que están fuera de toda órbita como principio de vida, imponiéndose la voluntad sin fundamento contra todo respeto. Siendo la base de la Paz, el Amor y la Fé…

Juan Aníbal Gómez 
Embajador de la Paz – Owa World Ambassador