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9 de Julio de 1947: el presidente Juan D. Perón “Aspiramos a una liberación absoluta de todo colonialismo económico”

Fue durante un acto realizado en la Casa Histórica de Tucumán, eran tiempos de bonanza, de crecimiento y de estatizaciones de servicios públicos, cuando Perón declaró la independencia económica y auguró 60 años sin crisis

Sección Opinión09/07/2024Noticias PeronistasNoticias Peronistas
dia independencia

Aquel miércoles 9 de julio de 1947, cuando se conmemoraría el 131º aniversario, el presidente Juan Domingo Perón anunciaría la independencia económica, a fin de “consumar su emancipación económica de los poderes capitalistas foráneos que han ejercido su tutela, control y dominio, bajo las formas de hegemonías condenables".

“Aspiramos a una liberación absoluta de todo colonialismo económico, que rescate al país de la dependencia de las finanzas foráneas”, remarcó Perón.

Fue en este marco que Perón decidió utilizar la fecha patria del 9 de Julio para declarar la independencia económica. Con reservas de divisas extranjeras se habían cancelado deudas con el exterior, se habían adquirido las compañías de teléfonos que cubrían el servicio en el Gran Buenos Aires y en marzo del año siguiente nacionalizaría los ferrocarriles, que se sumaban o otros servicios que pasaron a manos estatales.

A tal fin los firmantes, en representación del pueblo de la Nación, comprometen las energías de su patriotismo, y la pureza de sus intenciones en la tarea de movilizar las inmensas fuerzas productivas nacionales y concertar los términos de una verdadera política económica, para que en el campo del comercio internacional, tengan base de discusión, negociación y comercialización los productos del trabajo argentino, y quede de tal modo garantizada para la República la suerte económica de su presente y porvenir. Así lo entienden y así lo quieren, a fin de que el pueblo que los produce y elabora y los pueblos de la tierra que los consumen, puedan encontrar un nivel de prosperidad y bienestar más altos que los alcanzados en ninguna época anterior y superiores a los que pueden anotarse en el presente. Por ello, refirman la voluntad de ser económicamente libres, como hace ciento treinta y un años proclamaron ser políticamente independientes.

Las fuerzas de la producción e industrialización tienen ahora una amplitud y alcances no conocidos y pueden ser superadas por la acción y trabajo del pueblo de la república. El intercambio y la distribución suman cifras que demuestran que el comercio y la industria se expanden conjuntamente con aquellos. La cooperación, que contribuye a fijar de manera permanente las posibilidades humanas, será activada hasta alcanzar el completo desenvolvimiento que demandan las nuevas concepciones del comercio y empleo mundiales de las energías.

A su término, una vez leída esta declaración y preguntados si querían que las provincias y territorios de la República Argentina tuviesen una economía recuperada y libre del capitalismo foráneo y de las hegemonías económicas mundiales, o de las nacionales comprometidas con aquellas, aclamaron y reiteraron su unánime y espontáneo, así como decidido voto por la independencia económica del país, fijando por su determinación el siguiente:

Nos, los representantes del pueblo y del gobierno de la República Argentina, reunidos en Congreso Abierto a la voluntad nacional, invocando la Divina Providencia, en el nombre y por la autoridad del pueblo que representamos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra la justicia en que fundan su decisión, los pueblos y los gobiernos de las provincias y territorios argentinos, de romper los vínculos dominadores del capitalismo foráneo enclavado en el país y recuperar los derechos al gobierno propio de las fuentes económicas nacionales. La Nación alcanza su libertad económica para quedar, en consecuencia, de hecho y de derecho, con el amplio y pleno poder para darse las formas que exijan la justicia y la economía universal, en defensa de la solidaridad humana.

Así lo declaran y ratifican ante el pueblo y gobierno de la nación, el gobierno y pueblo aquí representados, comprometiéndose, uno y otro, al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas y honor. Comuníquese a la Nación y en obsequio del respeto que se debe a los demás Estados, detállense en un manifiesto y acta las fuentes determinantes de esta solemne declaración, dada en la Sala de Sesiones del Congreso de las Provincias Unidas, donde en mil ochocientos dieciséis se proclamara la independencia de la República y refrendada por los representantes del pueblo y gobierno argentinos aquí reunidos”.

El primero en firmarla fue Perón seguido de su vicepresidente Juan Hortensio Quijano. Luego lo hicieron los ministros, el gobernador de Tucumán mayor Carlos Domínguez, los comandantes de Ejército, Fuerza Aérea y Marina y los gobernadores. El Congreso estaba representado por cinco diputados y cinco senadores.

Perón sostenía que “si en 1810 fuimos libres políticamente gracias a esos héroes que siempre recordamos, no podemos afirmar lo mismo de los que les sucedieron que lejos de conquistar nuestra independencia económica, han perdido el tiempo y nos han entregado a una situación de verdadero coloniaje como nunca el país había soportado antes”.

Explicó que “la economía ha de orientarse con un amplio espíritu de justicia distributiva. Enseñando a respetar el capital, como que él es trabajo acumulado, pero enseñando también que él no puede ser nunca factor de opresión y esclavitud nacional o internacional”.

Sobre Tucumán, expresó que “puede la ciudad capital de esta provincia estar orgullosa de su historia y de sus destinos. Que sea ésta, para todos los tiempos, la Meca de nuestra independencia, donde los hombres lleguen con unción ante este altar sagrado de la causa de la libertad para prometer al pueblo que ningún argentino, por miserable que se sienta, podrá exponer jamás la bendición de su soberanía y de su independencia ante ningún poder de la tierra”.

Finalizado el acto, Perón y su par chileno pasaron al patio de la Casa, donde los esperaba el farmacéutico Horacio Raúl Descole, interventor de la Universidad Nacional de Tucumán, quien los distinguió con los títulos de honoris causa.

Perón sostenía que los imperialismos habían hecho su política con la economía, o bien su economía con la política, que según él era la base de dominación política a los países que sojuzgaba a través de la amenaza, coacción y castigo económico. “El imperialismo político lleva su dominio integral al despojo económico en beneficio de la metrópoli. Ambos sistemas combinados han sido el camino del coloniaje moderno. Por eso, cuando nosotros declaramos la independencia económica, estamos desmembrando un imperio, aun cuando no nos demos cuenta de ello”.

Las cosas no saldrían de acuerdo a lo planeado. A fines de 1947, Perón aseguró a un grupo de funcionarios provinciales que, de acuerdo a recientes estudios, el país iba a transitar los siguientes sesenta años sin crisis. Lamentablemente lo desmentiría el sacrosanto apotegma peronista de que la única verdad es la realidad.

9-7-47

Fuentes: Artículos de Descartes. Política y Estrategia (No ataco, critico), Buenos Aires, 1952; Diario de Sesiones Congreso año 1946; Obras Completas del General Juan Domingo Perón; Perón, de Joseph Page. Primera Parte (1895-1952); Mamá me mima, Evita me ama. La educación argentina en la encrucijada, por Emilio J. Corbiére.

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